Noches rusas, de Vladímir Odóievski (Pre-Textos) Traducción de Alejandro Ariel González | por Francisca Pageo
Cómo escribir sobre lo que nos interpela en demasía, me pregunto y te pregunto.
Vladimir Odóievski fue un destacado filósofo, escritor, crítico musical y pedagogo ruso del que solo se editó en España hace 15 años El día de año nuevo y otros cuentos maravillosos. En la editorial ya cerrada, Nevsky, y El cosmorama, en Maldoror. Pre-Textos nos trae por primera vez en España el libro Noches rusas, salido en 1844 en San Petersburgo. Odóiesvki, antecesor de Dostoievski, abogaría por la filosofía y por escribir libros de ciencia ficción y anti-utópicos como este. Estamos, de hecho, ante la primera novela filosófica que se escribiría en Rusia. Todo lo mencionado en este libro tendría un gran calado tiempo después en diversas disciplinas, en diversas filosofías y en diversas artes poéticas, por lo que se convierte en un libro de aparente actualidad, tanto que incluso las palabras reflejadas en él nos interpelan hoy día. Para Odóievski, este libro trata de una especie de enciclopedismo. Nos explica y reflexiona estados del hombre, de las cosas. Se convierte así en un libro de gran calado sobre la esencia humana, sobre lo que nos hace humanos y no otra cosa, sobre lo que la humanidad de de sí en el mundo.
Como nos explica el autor, la mirada poética en la historia fue precedida por las indagaciones científicas; entre nosotros, por el contrario, la clarividencia poética procedió a su elaboración más real. Estamos de este modo ante un libro que nos eleva la ciencia, que nos la explica, así como las filosofías que en ese momento imperaban en Rusia y cierta parte de la Europa Occidental. Y no sólo, también trata del aspecto esencial de la figura de Bach en la música, conoceremos su vida y su obra. Como dice Odóiesvki: No hay momentos no-poéticos en la vida de un poeta; todos los fenómenos de la existencia están iluminados para él por el sol permanente de su alma, y esta, como el coloso de Mennón, emite sin cesar sonidos armónicos. La virtud de la poesía es aquí representada en su máximo esplendor. El poeta razona pero siente el mundo, el mundo habla a través de él y asimismo caemos en la cuenta de que el mundo sin la poesía y su mirada se queda en meros aspectos mundanos, superficiales, banales.
La música como la poesía como el deber moral del hombre tienen en este libro un peso sustancial. Odóiesvki nos muestra sus intereses, sus obsesiones, a lo largo de varios personajes durante nueve largas noches. El peso del romanticismo alemán de Schelling, la búsqueda de la plenitud de Fausto, la importancia de las ideas de Platón, la armonía de la música de Bach, la pintura de Durero. Estamos, ante todo, a un libro que es un ideario, una enciclopedia ideal sobre lo que implica al hombre en el mundo y por el mundo, lo que implica al hombre para sí mismo y los demás, lo que implica la intensa relación de nuestro mundo interior con la espiritualidad, la psique y las relaciones humanas. Es, este, un libro ante todo catártico que nos sumerge en las profundidades del hombre. Exponiendo temas profundos y densos, especiales en cuanto a lo que nos hace ser seres humanos, filosóficamente hablando.
Noches rusas es un libro que habla de la humanidad, de las ideas que la protegen, de las leyes del universo y de las que crea el hombre. No son pocas las citas que he extraído de este libro, a cada dos páginas, ya estaba transcribiendo algo, cualquier cosa que me interpelaba. Y es que estamos ante un libro de tal actualidad que parece mentira que se escribiera hace 200 años. Odóievski era un buscador de la verdad, de lo oculto, de lo que yace bajo nuestros párpados, y con su mirada nos ha sabido trasladar todo el mundo de las ideas, de la belleza, de la poesía y de la música y el arte. Un libro completo sobre la mente y pasiones humanas que nos convierten en seres especiales, seres que sienten que el destino no es solo un destino, sino que las sensaciones que abarca la vida la hacen más proclive a ir por un camino u otro. ¿Libre albedrío? Pensamos con este libro. No, una vuelve a creer en Dios gracias a las palabras del autor por las cosas que nos hace sentir. El destino era leer este libro, era, como dice Christian Bobin: Lo que nos salva no nos protege de nada, y todavía nos salva. Es sin duda un libro especial para leer en estos tiempos tan convulsos.